Lula da Silva pasa su primera noche en prisión rodeado de seguidores
- Internacionales
- 8 abr 2018
- 5 Min. de lectura

Lula presidió Brasil entre 2003 y 2010 y que dejó el puesto con un índice de aprobación superior al 80%. Durante sus dos gobiernos, varios programas sociales y una economía en auge contribuyeron a que decenas de millones salieran de la pobreza, lo que convierte la caída de Lula en una situación profundamente personal para muchos brasileños que lo miraban como un símbolo de esperanza.
Curitiba, Brasil.- El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva durmió tranquilo en su primera noche en una celda en la ciudad de Curitiba en la que fue recluido y pasó gran parte del tiempo acompañado por uno de sus abogados, informó este domingo el Partido de los Trabajadores (PT) en un comunicado.
"Él durmió tranquilo y no fue maltratado por los agentes del lugar. Permanece sereno y tranquilo", según la nota divulgada por el "comité popular" que el PT montó en las inmediaciones de la sede de la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, a donde Lula fue recluido en la noche del sábado para comenzar a cumplir la pena de 12 años y un mes de prisión a que fue condenado por corrupción, destacó Efe.
De acuerdo con la nota, el abogado Cristiano Zanin, uno de los miembros de su equipo de defensa, lo acompañó durante un largo período en la celda antes de tener que abandonar la edificación.
La nota agrega que cerca de 1.000 personas esperaron anoche a Lula frente a la sede de la Policía Federal para manifestarle apoyo en el momento en que decidió "cumplir una decisión judicial que le hizo pasar de la condición de víctima de una persecución judicial a la condición de preso político".
La considerada mayor formación de izquierda de América Latina agregó que realizará una vigila permanente en las inmediaciones del lugar en que Lula está encarcelado tanto para exigir su liberación como defender su derecho a disputar las elecciones presidenciales de octubre próximo, para las que aparece como favorito en todos los sondeos.
Según el PT, tan sólo este domingo son esperadas caravanas procedentes de varias ciudades próximas a Curitiba y del vecino estado de Santa Catarina, del que partieron unos mil simpatizantes.
"Ya están siendo programadas hasta visitas de líderes internacionales" al campamento que el PT montó en una calle próxima a la sede policial, según el comunicado.
"Hasta el día en que Lula sea suelto, miles de personas pasarán todos los días por un lugar que se convertirá en el marco de peregrinación para todas las personas de Brasil y del mundo que luchan por justicia, democracia y respeto a los derechos fundamentales", se agrega en el comunicado.
La sede de la Policía Federal de Curitiba amaneció cercada por agentes de las fuerzas de seguridad que han establecido un perímetro de unos cien metros a cada lado del local y que controlan desde la noche del sábado todos los accesos.
El campamento del PT fue levantado en uno de los extremos del perímetro de seguridad.
El ingreso de Lula a la prisión en Curitiba estuvo marcado por los incidentes que se produjeron cuando aterrizó en el helipuerto en la sede policial y explotaron dos supuestos petardos en medio de la concentración de los seguidores de Lula.
Ante este hecho, la Policía Federal, que estaba apostada en el interior del local, reaccionó inmediatamente lanzando gases lacrimógenos y balas de goma que obligaron a la militancia del líder de los Trabajadores a dispersarse en medio de una gran confusión en la que nueve personas sufrieron heridas.
La entrega de Lula a la Policía en Sao Paulo y su reclusión en Curitiba puso fin a la tensa situación generada desde que el juez federal Sergio Moro ordenó el jueves la detención del dirigente.
Tras casi 48 horas acuartelado en el sindicato en el que inició su carrera política y 26 desde que concluyó el plazo que le había dado la Justicia para entregarse, el antiguo líder sindical se entregó a la Policía en la noche del sábado.
Esta es la primera vez en la historia de Brasil en que un expresidente es encarcelado por un delito común, pues otros han sido apresados pero por motivos políticos.
Lula tuvo que pedirles a sus guardaespaldas que abrieran paso de un sindicato de trabajadores metalúrgicos en un suburbio de Sao Paulo para entregarse a la policía; sus simpatizantes intentaban evitar que fuera detenido, añadió AP.
Hablando ante miles de simpatizantes en el sindicato que fue el lugar del nacimiento espiritual del ascenso de Lula al poder, el ex líder dijo que se entregaría a fin de continuar combatiendo su condena de corrupción que, destacó, era simplemente una manera como sus enemigos pretenden impedir que se postule y posiblemente gane de nuevo la presidencia en octubre.
Cuando Lula intentó primero salir de la sede del sindicato de trabajadores metalúrgicos en el que se había resguardado para entregarse a las autoridades, decenas de simpatizantes bloquearon una salida donde un vehículo con el ex mandatario abordo intentaba retirarse.
"Rodeen, rodeen (el edificio) y no permitan que lo arresten", pedían a gritos los simpatizantes. Después de unos minutos de tenso intercambio de palabras entre guardias y simpatizantes, el expresidente se bajó del vehículo e ingresó en la sede del sindicato de trabajadores metalúrgicos.
Vehículos policiales habían rodeado el sindicato, lo que incrementó el temor de enfrentamientos. Lula apareció por segunda vez poco después de entrada la noche, esta vez cercado por varios guardaespaldas que empujaron hacia atrás a los seguidores que trataban de evitar que se retirara del lugar.
La escena dramática fue el acontecimiento más reciente dentro de un torbellino de que comenzó cuando el Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte del país, falló el jueves en contra de Lula, que le había solicitado permanecer en libertad mientras se resolvía la apelación a su condena.
El año pasado, Moro condenó el año pasado a Lula acusado de favorecer a una constructora a cambio del compromiso de un apartamento tríplex frente a la playa. La condena fue ratificada en enero por una corte de apelaciones. El ex presidente niega haber cometido delito alguno en este y otros casos que están pendientes de juicio.
Pase lo que pase, el arresto de Lula supondrá una caída colosal para el hombre que llegó a poder contra pronóstico en una de las naciones más desiguales del mundo. Presidió el país entre 2003 y 2010 y que dejó el puesto con un índice de aprobación superior al 80%.
Durante sus dos gobiernos, varios programas sociales y una economía en auge contribuyeron a que decenas de millones salieran de la pobreza, lo que convierte la caída de Lula en una situación profundamente personal para muchos brasileños que lo miraban como un símbolo de esperanza.
El Partido de los Trabajadores insistió en que Lula, de 72 años, seguirá siendo el candidato de la formación para los comicios de octubre. El Tribunal Superior Electoral decidirá sobre las candidaturas en agosto. Se espera que vete al ex dirigente en base a la ley que impide la elección de aspirantes con condenas confirmadas. Lula podría apelar, aunque si lo hace desde prisión sería más complicado.
Comments