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Merkel lamenta la polarización de Alemania tras crisis de refugiados

  • Internacionales
  • 21 mar 2018
  • 3 Min. de lectura

Dar una respuesta correcta a esta nueva situación social fue el objetivo que los miembros del nuevo Gabinete se marcaron desde el inicio de las negociaciones para la formación del nuevo Gobierno

Berlín.- La canciller Angela Merkel lamentó la polarización social que reina en Alemania desde la crisis de refugiados de 2015 y que, en su opinión, se trasladó de forma directa a las urnas con unos resultados electorales muy fragmentados que impidieron formar rápidamente un nuevo Gobierno.

"Nunca antes se tardó tanto en formar Gobierno en Alemania. Eso demuestra que en el país algo ha cambiado", indicó la mandataria en el Parlamento, Bundestag, al comienzo de su primera declaración gubernamental tras ser elegida como canciller por cuarta vez consecutiva, destacó DPA.

"La preocupación ha aumentado en el país, el tono es más bronco, el respeto a las opiniones de los demás es menor", agregó un día antes de viajar a Bruselas para participar en la cumbre de la Unión Europea (UE) que se celebra el jueves y el viernes.

La dirigente admitió que la llegada masiva de migrantes a la potencia europea hace casi tres años generó temores en la población que acabaron propiciando una gran pérdida de apoyo de los votantes tanto en su bloque conservador como en el Partido Socialdemócrata (SPD).

Dar una respuesta correcta a esta nueva situación social fue el objetivo que los miembros del nuevo Gabinete se marcaron desde el inicio de las negociaciones para la formación del nuevo Gobierno, reveló.

"El debate de cómo podremos lograr la integración ha dividido nuestro país y lo ha polarizado", advirtió la política conservadora para a renglón seguido repetir que la acogida en pocos meses de cerca de un millón de migrantes, en su mayoría sirios, constituyó una medida de carácter "excepcional" basada en criterios meramente humanitarios.

En una intervención que se prolongó durante una hora, Merkel se refirió a la crisis migratoria, la inestabilidad del euro y la lucha contra el terrorismo yihadista como los principales retos que afrontó Alemania en los últimos años y también se reservó tiempo para intentar zanjar el debate sobre el islam que en los últimos días se ha reavivado en el país.

"Nadie se cuestiona que nuestro país está históricamente influenciado por el cristianismo y el judaísmo, pero eso es tan cierto como que con los 4,5 millones de musulmanes residentes en Alemania, su religión -el islam- también se ha convertido en parte de Alemania", dijo en su ánimo de acallar a su ministro de Interior, Horst Seehofer, quien la semana buscó la confrontación directa con ella rebatiendo la posición integradora de otras religiones que defiende la canciller.

La primera declaración gubernamental de Merkel en el Bundestag tras ser elegida como canciller para un cuarto mandato consecutivo se observaba en Alemania con lupa.

Tal y como se esperaba, Merkel dirigió el grueso de su mensaje a combatir las consignas del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), la tercera fuerza política hoy en el día en el país, y que criticó con dureza la gestión de la canciller durante la crisis migratoria. AfD, un partido de tinte islamófobo y el primero de ultraderecha que se sienta en la Cámara Baja en más de medio siglo, dispuso hoy en el Bundestag del primer turno de réplica tras convertirse en las pasadas elecciones generales del 24 de septiembre en la principal fuerza de la oposición.

"Los efectos de su política de fronteras abiertas no afectan solamente a la política nacional. La diversidad no es algo obligatorio. No es un deber compartir mi espacio nacional con gente extranjera", argumentó el portavoz parlamentario de AfD, Alexander Gauland.

El ultraconservador acusó a la jefa de Gobierno germano de dividir Europa con su gestión de la crisis migratoria al tiempo que defendió que países del este como Polonia y Hungría se negasen a acoger a los refugiados "que invita Merkel".

En la sesión del Bundestag de hoy, además de repasar ampliamente la agenda nacional, Merkel también abordó cuestiones internacionales. Con inusitada claridad condenó la intervención iniciada en Turquía contra la milicia kurda YPG en la región siria de Afrin calificándola de inaceptable.

Sobre el caso del envenenamiento del ex espía ruso Serguei Skripal y su hija en Reino Unido, resaltó que "muchos indicios apuntan a Rusia" y que, en este sentido, no se podían "obviar las evidencias". De cara al Consejo Europeo que comienza mañana en Bruselas, Merkel recordó que los Veintisiete acordarán las líneas centrales para continuar con las negociaciones con conñReino Unido sobre su salida de la UE.

"Queremos una relación estrecha con Reino Unido pero no podrá ser tan estrecha como es ahora", admitió sobre la cumbre que se celebra este jueves y viernes y en la que los socios del bloque abordarán también las relaciones con Turquía así como asuntos económicos y posibles respuestas a la nueva política arancelaria anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.


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