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Chile gira a la derecha con la toma de posesión de Sebastián Piñera como presidente

  • Internacionales
  • 11 mar 2018
  • 6 Min. de lectura

"Su principal desafío es alinear a su coalición", dijo el sociólogo y analista político Miguel Zlosilo, en alusión a Chile Vamos, que en el pasado ha actuado más como pacto electoral que como coalición política y a la que Piñera exhortó a trabajar unida.

Santiago de Chile.- Chile dio un giro a la derecha este domingo con la asunción del presidente Sebastián Piñera, que derrotó por amplia diferencia a la coalición de centroizquierda de la mandataria saliente Michelle Bachelet.

La del domingo es la segunda ocasión en que Bachelet le entrega el poder al multimillonario ingeniero comercial. Ambos se han alternado en la presidencia con dos mandatos cada uno entre 2006 y 2018, destacó AP.

La asunción se desarrolló bajo un estricto protocolo que empezó con el traspaso de la banda presidencial y de un símbolo dorado de Bachelet a Piñera en una ceremonia a la que asistieron los presidentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras, México y Perú.

Después de juramentar en el Congreso en el vecino puerto de Valparaíso y antes de instalarse de nuevo en el palacio de gobierno en Santiago, el mandatario anunció iniciativas a favor de los niños y adolescentes más vulnerables.

Acudió a un hogar de menores desprotegidos en la barriada pobre de La Pintana, luego de que en 2016 una pequeña de 11 años que estaba bajo cuidado estatal muriera por asfixia. En poco más de una década fallecieron 865 niños y adolescentes dentro del mismo sistema estatal. El mandatario anunció un Gran Acuerdo Nacional por la Infancia de 10 puntos con el propósito de mejorar y proteger sus vidas.

Piñera llega al poder apoyado por la coalición Chile Vamos, integrada por la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), la centroderechista Renovación Nacional (RN) y dos colectividades menores. La UDI y RN fueron el sustento político de la dictadura del general Augusto Pinochet entre 1973 y 1990.

"Su principal desafío es alinear a su coalición", dijo el sociólogo y analista político Miguel Zlosilo, en alusión a Chile Vamos, que en el pasado ha actuado más como pacto electoral que como coalición política y a la que Piñera exhortó a trabajar unida.

El presidente de Chile, el derechista Sebastián Piñera, y su esposa, Cecilia Morel,son recibidos por tres de sus nietos en el palacio Cerro Castillo en Viña del Mar, Chile. (Christian Miranda/AFP)

"Hay que ver si efectivamente la derecha, por primera vez en la historia tiene capacidad de trabajo en equipo... y proyectarse para un siguiente período", añadió.

Piñera, de 68 años, prometió retomar el crecimiento económico, impulsar las inversiones, mejorar los empleos y la seguridad pública, y promover leyes que protejan a la infancia y regulen la creciente inmigración extranjera.

Durante el segundo mandato de Bachelet, entre 2014 y 2018, el crecimiento económico del país cayó a un promedio del 2%.

Piñera afirma que la experiencia adquirida en su primer gobierno, entre 2010 y 2014, le servirá para buscar acuerdos nacionales con una centroizquierda fraccionada.

"Desde el día uno Piñera va a querer demostrar que con él la rueda de la economía volvió a girar", dijo a la AP Cristóbal Bellolio, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Durante su primer gobierno Chile creció un 5,3% y creó un millón de empleos, empujados por la reconstrucción del centro sur chileno, devastado dos semanas antes de que asumiera el mando por un terremoto de magnitud 8,8 seguido de un devastador tsunami.

Aunque Piñera derrotó al candidato de centroizquierda Alejandro Guillier con el 54% de los votos, frente al 45% de su rival, tendrá un Congreso sin mayorías.

Deberá asumir, con o sin modificaciones, una serie de proyectos que Bachelet dejó en el Congreso, incluido uno de matrimonio entre homosexuales que para Piñera es inaceptable porque considera que éste sólo debe ser entre un hombre y una mujer.

Deberá abordar también reformas educacionales pendientes con las que Bachelet logró favorecer al 60% de los estudiantes universitarios más pobres y que aspiraba a alcanzar la gratuidad universal, rechazada por Piñera. Sin embargo, el nuevo mandatario no cuenta con la mayoría necesaria para deshacer las modificaciones emblemáticas de Bachelet.

"Creo que vamos a estar en una lógica más menos de obrar sobre lo construido, por una parte, y por otra hacer una serie de ajustes a reformas que no están bien hechas", concluyó Bellolio.

Entre las reformas que necesitan modificaciones están la tributaria, la de educación y la laboral, según el analista.

"Si (Piñera) logra el alineamiento de su coalición le va a ir bien en todas las materias", afirmó Zlosilo.

Acto sin pompas

El presidente del Senado, el socialista Carlos Montes, tomó juramento a Piñera y le impuso la banda presidencial de parte de una emocionada Bachelet, quien por segunda vez en los últimos ocho años, ayudó al nuevo mandatario a ceñírsela antes de darle un beso y abandonar el hemiciclo junto a su gobierno.

La llamada piocha de O'Higgins, una joya que simboliza el poder presidencial en Chile, fue centro de una conversación privada entre los mandatarios saliente y entrante. Bachelet le informó a Piñera que la joya no es la originalm que se perdió durante el golpe de Estado de Augusto Pinochet a Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Piñera prometió buscarla. Hoy se usa una réplica de la joya.

Tras tomar juramento a los miembros del gabinete, Piñera, en compañía de la primera dama Cecilia Morel, ofreció una recepción a sus invitados, entre ellos, los mandatarios de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras, México, Perú y el rey emérito de España Juan Carlos I, destacó AFP.

Al abandonar el Congreso, el nuevo presidente fue ovacionado por un centenar de adherentes: "Cuando él estuvo en el gobierno anterior (2010-2014), hubo trabajo, la salud también mejoró, entonces creo que (ahora) va a hacer más y mejor", dijo Claudia Fernández, mientras por un parlante se escuchaba fuerte el "Agárrense las manos que vienen tiempos mejores", el pegajoso lema de campaña del candidato.

"Estoy muy esperanzado. El presidente Piñera tuvo un excelente desarrollo económico en el gobierno anterior", agregó Pablo Hidalgo, también a las afueras del Congreso.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, posa junto a su gabinete en pleno en el palacio Cerro Castillo en Viña Del Mar.(Christian Miranda/AFP) piñera3

Sentida despedida

Sin embargo, fue Bachelet la estrella de la muchedumbre concentrada primero en el palacio presidencial La Moneda, en Santiago, y después alrededor del Congreso: "El pueblo unido jamás será vencido", gritaba la multitud y en medio de gritos de "Gracias Michelle".

La presidenta, la última mujer jefa de Estado en ejercicio de América Latina, emprendió durante su segundo mandato un ambicioso paquete de reformas para desmantelar la herencia de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

Al final de la tarde de este domingo, el flamante presidente ofrecerá un discurso en el que se espera que desgrane las prioridades de su gobierno.

"Siento que ahora tengo más experiencia, madurez, más sentido de la importancia de unir a los chilenos. Más humildad para escuchar, con los ojos y los oídos más atentos", reconoció esta semana Piñera, de 68 años, vencedor en la segunda vuelta en diciembre ante el oficialista Alejandro Guillier.

El magnate -con una fortuna valorada en 2.700 millones de dólares por la revista Forbes- ha prometido convertir al país en una nación desarrollada en ocho años.

Los mercados respondieron con optimismo a las propuestas de Piñera de incentivar la inversión, apostar con fuerza a la creación de empleos y reducir gradualmente la tasa impositiva a las empresas.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, saluda desde un auto descapotado al salir de la sede del Congreso en Valparaíso, donde fue juramentado. (Lucas Alvarado/Reuters) Piñera 4

Cariz social -

Sin mayoría en el Parlamento, el presidente ha suavizado sus postulados de campaña y ha dado un giro al centro para captar votos de la izquierda moderada y en particular de la Democracia Cristiana.

El primer acto de gobierno de Piñera será altamente simbólico. Por la tarde visitará un centro del Servicio Nacional de Menores (Sename), muy cuestionado por el trato y las deficiencias que afectan a los jóvenes que acoge.

Y es que el de Desarrollo Social será uno de sus principales ministerios, al frente del cual ha nombrado a un hombre de confianza Alfredo Moreno, quien fue canciller durante su primer gobierno y es presidente de la patronal empresarial.

Piñera busca reformar el actual sistema de pensiones creado en la dictadura de Pinochet, que estableció un sistema de capitalización al que solo contribuye el trabajador y que Bachelet no logró reformar.

También ha prometido mantener la gratuidad de la educación que instauró Bachelet y que actualmente beneficia a unos 300.000 estudiantes de bajos recursos.

Además de mantener la actual ley del aborto terapéutico, pese a la oposición de los sectores más conservadores de su partido, Piñera ofrece dar seguimiento al proyecto de ley de identidad de género, que ha recibido un fuerte espaldarazo social tras el Óscar que ganó la película chilena "Una mujer fantástica", protagonizada por la actriz transgénero Daniela Vega.

"El presidente ha mostrado más moderación en sus declaraciones, lo que hace pensar que el suyo no será un gobierno de gran ruptura sino que dé matices", dice el politólogo Marcelo Mella.

La economía a favor -

Con un crecimiento promedio de casi 2% en los últimos cuatro años, arrastrado por la caída del precio del cobre -del que Chile es el principal productor mundial-, Piñera prometió acelerar el ritmo de la economía, en neta recuperación.

En enero, el Índice Mensual de Actividad Económica creció 3,9%, su mejor registro para ese mes en cinco años y muchos analistas empiezan a barajar un alza en las previsiones de crecimiento para este año al 3,5%.

Bachelet se despidió de los chilenos con un mensaje en Facebook en el que asegura que está "profundamente orgullosa de las transformaciones que impulsamos estos años" y está convencida de que Chile es hoy un país más "justo, equitativo y libre".

Esta era la tercera vez que un traspaso de mando tenía los mismos protagonistas, una alternancia que se instauró en 2010 tras 20 años de gobiernos de centro-izquierda de la Concertación que tomó las riendas democráticas al fin de la dictadura.


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